Se fue el segundo día de los cuartos de final del Mundial de Qatar 2022, que será recordado por el día en que una selección de África alcanzó, por fin, las semifinales de la Copa.
Pero también será evocado por el portugués Cristiano Ronaldo, quien abandonó la cancha llorando, pues su sueño de ser campeón del mundo se esfumó. Una cámara en mano registró ese recorrido del campo de juego hacia los túneles, metáfora del vacío que nunca logró llenar con el título que le faltaba.
Marruecos, el equipo sorpresa de la competición, venció a Portugal por 1-0 con su magnífica aplicación táctica de apretar en 12 metros a casi todos sus jugadores, para imponer una marca feroz que impide al rival hacer daño.
El DT Walid Regragui, que se convirtió en una figura admiradísima en el mundo árabe, materializó el viejo anhelo de África de alcanzar las semifinales, pues superó los cuartos de Camerún en 1990, Senegal en 2002 y Ghana en 2010. Pero el detalle está en que Marruecos es una nación árabe y, casualmente, su familia gobernante se lleva de maravillas con la familia reinante de Qatar.
Así que este éxito de alguna manera reivindica a Qatar, cuya selección naufragó vergonzosamente en el grupo A, y pone a los árabes a festejar en ‘su’ Mundial.
Lo curioso es que no existe un proceso, o no uno al que estemos acostumbrados. Esta selección es obra del bosnio Valil Halilhodzic, el DT que había clasificado a Marruecos a este Mundial pero que era muy criticado porque no citaba a Hakim Ziyech y Noussair Mazraoui, futbolistas del Chelsea y el Bayern Múnich con los que estaba en conflicto.
Regragui, nacido en Francia pero de familia marroquí, asumió el cargo a tres meses del Mundial. Y su gran mérito no solo fue recuperar a los marginados por Halilhodzic, sino montar un sistema colectivo que destruyó la famosa posesión de balón (en otras palabras, adiós al tiki-taka) y que saca provecho de la enorme inversión del Gobierno de Marruecos en la formación de jugadores y también en la búsqueda de jóvenes seleccionables, hijos de inmigrantes que viven en Europa. Porque, obviamente, los futbolistas con técnica no salen por generación espontánea.
Tras dejar afuera a Bélgica y España, esta vez la víctima fue Portugal. Pero, en realidad, el gran perjudicado fue Cristiano Ronaldo, cuyo anhelo de ser campeón se esfumó entre el cerrojo defensivo de Marruecos. Lo peor es que CR7 tuvo que sufrir gran parte de este descalabro desde el banco, porque el DT Fernando Santos volvió a dejarlo sin la titularidad, como ocurrió en los octavos de final ante Suiza.
Cristiano Ronaldo ingresó al minuto 51, pero no logró anotar el gol del empate ni tampoco realizar una asistencia que permitiera evitar la derrota. Y, con el pitazo final, solo se le ocurrió salir del campo de juego y llorar:
En el otro partido, Francia venció por 2-1 a Inglaterra, con goles de Aurelien Tchouameni y Olivier Giroud. Los ingleses tuvieron la oportunidad de empatar el encuentro y forzar el alargue, pero el crack Harry Kane falló un tiro de penal.
¡Ah, los ingleses y esa inoportuna manía que tienen de desperdiciar los penaltis! El juego fue tan intenso, que el francés Kylian Mbappé llamó la atención por su alegre festejo luego de que Kane errara su disparo. ¡Lo celebró casi como uno de sus propios goles!


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