Estas son las conclusiones más importantes que pueden sacarse luego del empate 1-1 entre Brasil, este 27 de enero. El cotejo se jugó en el estadio Rodrigo Paz como parte de las eliminatorias a Catar 2022 y merece estas reflexiones.
–Ecuador prácticamente definió el equipo del Mundial
La alineación utilizada ante Brasil es la que el entrenador Gustavo Alfaro hubiera elegido para el primer cotejo del Mundial 2022. Claro, Byron Castillo en plenitud debe estar en lugar de Ángelo Preciado y Ángel Mena en lugar de Alan Franco. Y, tras el descomunal error de Alexander Domínguez que causó su expulsión, el meta preferido pasó a ser Hernán Galíndez.
Más allá de los nombres, los cuales prácticamente están definidos y ya no hay espacio para alguna estrella de última hora, el esquema de cuatro al fondo y dos delanteros (no importa cuáles) quedará como el prioritario. Alfaro ha afrontado las eliminatorias y la Copa América con diversos sistemas y jugadores, pero el del 27 de enero marca a fuego lo que veremos en Catar. Porque Ecuador irá al país árabe… a menos que pase algo extraño, como que intempestivamente echen a Alfaro y contraten al Bolillo, o que la FIFA reduzca los cupos de la Conmebol a dos países. Algo así.
–Ecuador carece de atacantes, pero el mejor no vendrá
Al día siguiente del empate con Brasil, se anuncia que Felipe Caicedo ha sido contratado por el Inter de Milán. Es el punto culminante en la carrera del mejor atacante ecuatoriano desde el ‘Tin’ Delgado, pero su autoexilio de la Tricolor le ha causado una injusta ola de animadversión por parte de algunos dirigentes y aficionados. Caicedo es un crack, pero tuvo sus razones para dejar el espacio a otros jugadores, que no han llenado ese vacío. Enner lo da todo, es verdad y el equipo en general es un monumento al esfuerzo, pero eso no alcanza y, ante Brasil, el gol fue de un defensa, quien es mejor cabeceando que los atacantes titulares. Hay un problema urgente: fabricar definidores. O, en todo caso, negociar con Felipao (mejor dicho, rogarle de rodillas) para que revise su postura y esté en el Mundial. ¿Qué hará Alfaro? ¿Lo dejará de lado?
–El VAR trajo justicia
El uso del asistente del video ha transformado al fútbol. Es imposible eliminar al cien por ciento las zonas grises, pero el VAR (siempre que ha sido bien usado por el personal calificado) ha eliminado bastante los errores que el juez, humano al fin y al cabo, comete.
Con Brasil, irónicamente porque normalmente suele ser al revés, el árbitro Roldán pitó varias jugadas en favor de Ecuador, pero el VAR puso todo en orden. Es la nueva realidad y hay que aprender a tenerla en cuenta. Lo más importante: Ecuador debe hacer su trabajo, debe anotar y no esperar que la cámara lo ayude.
–La pandemia, el aforo y el poder
Todo lo que ha pasado con el aforo del estadio Rodrigo Paz es, simplemente, ridículo y causado por una sucesión de errores. En principio, ningún evento del país sufre una reducción del púbico al 100 por ciento (los cines están al 50%), así que era absurdo decretar que el cotejo debía jugarse a puertas cerradas. Luego, gracias a la intervención del presidente Guillermo Lasso (¡ah, los políticos tienen un olfato tremendo para sacar algún rédito del deporte!), el aforo se amplió al 50%. Los Bomberos de Quito constataron que de todos modos hubo más gente y el alcalde Santiago Guarderas anuncia sanciones, como aquellas en las Fiestas de Quito (sí, es sarcasmo).
Luego, la Ecuafútbol emitió un reporte de que el aforo real fue del 44%. Todo suena horrible, ilógico y nos lleva a concluir que los ecuatorianos estamos extraviados, hiperventilados y derrotados por la pandemia y sus implicaciones. Aunque también estamos ante algo muy nacional, pues solo acá decimos que llegamos en 10 minutos pero en realidad asomamos en media hora, por ejemplo.
Para no seguir autoengañándonos, es mejor imitar a Dinamarca, que acaba de eliminar todas las restricciones porque, simplemente, no sirven y solo estorban.
El Guapo de la Barra 
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