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Se fue el segundo día de los cuartos de final del Mundial de Qatar 2022, que será recordado por el día en que una selección de África alcanzó, por fin, las semifinales de la Copa.
Pero también será evocado por el portugués Cristiano Ronaldo, quien abandonó la cancha llorando, pues su sueño de ser campeón del mundo se esfumó. Una cámara en mano registró ese recorrido del campo de juego hacia los túneles, metáfora del vacío que nunca logró llenar con el título que le faltaba.
Marruecos, el equipo sorpresa de la competición, venció a Portugal por 1-0 con su magnífica aplicación táctica de apretar en 12 metros a casi todos sus jugadores, para imponer una marca feroz que impide al rival hacer daño.
El DT Walid Regragui, que se convirtió en una figura admiradísima en el mundo árabe, materializó el viejo anhelo de África de alcanzar las semifinales, pues superó los cuartos de Camerún en 1990, Senegal en 2002 y Ghana en 2010. Pero el detalle está en que Marruecos es una nación árabe y, casualmente, su familia gobernante se lleva de maravillas con la familia reinante de Qatar.
Así que este éxito de alguna manera reivindica a Qatar, cuya selección naufragó vergonzosamente en el grupo A, y pone a los árabes a festejar en ‘su’ Mundial.
Lo curioso es que no existe un proceso, o no uno al que estemos acostumbrados. Esta selección es obra del bosnio Valil Halilhodzic, el DT que había clasificado a Marruecos a este Mundial pero que era muy criticado porque no citaba a Hakim Ziyech y Noussair Mazraoui, futbolistas del Chelsea y el Bayern Múnich con los que estaba en conflicto.
Regragui, nacido en Francia pero de familia marroquí, asumió el cargo a tres meses del Mundial. Y su gran mérito no solo fue recuperar a los marginados por Halilhodzic, sino montar un sistema colectivo que destruyó la famosa posesión de balón (en otras palabras, adiós al tiki-taka) y que saca provecho de la enorme inversión del Gobierno de Marruecos en la formación de jugadores y también en la búsqueda de jóvenes seleccionables, hijos de inmigrantes que viven en Europa. Porque, obviamente, los futbolistas con técnica no salen por generación espontánea.
Tras dejar afuera a Bélgica y España, esta vez la víctima fue Portugal. Pero, en realidad, el gran perjudicado fue Cristiano Ronaldo, cuyo anhelo de ser campeón se esfumó entre el cerrojo defensivo de Marruecos. Lo peor es que CR7 tuvo que sufrir gran parte de este descalabro desde el banco, porque el DT Fernando Santos volvió a dejarlo sin la titularidad, como ocurrió en los octavos de final ante Suiza.
Cristiano Ronaldo ingresó al minuto 51, pero no logró anotar el gol del empate ni tampoco realizar una asistencia que permitiera evitar la derrota. Y, con el pitazo final, solo se le ocurrió salir del campo de juego y llorar:
En el otro partido, Francia venció por 2-1 a Inglaterra, con goles de Aurelien Tchouameni y Olivier Giroud. Los ingleses tuvieron la oportunidad de empatar el encuentro y forzar el alargue, pero el crack Harry Kane falló un tiro de penal.
¡Ah, los ingleses y esa inoportuna manía que tienen de desperdiciar los penaltis! El juego fue tan intenso, que el francés Kylian Mbappé llamó la atención por su alegre festejo luego de que Kane errara su disparo. ¡Lo celebró casi como uno de sus propios goles!
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Se fue el primer día de los cuartos de final de Qatar 2022, con dos cotejos muy diferentes pese a que ambos acabaron en tanda de penaltis. En el primero, Croacia eliminó a Brasil y destruyó las esperanzas de Neymar de llevarse la Copa y también puso final a la era del DT Tite, una etapa llena de triunfos pero, paradójicamente, casi vacía de alegrías.
Adenor Leonardo Bacchi comandó a Brasil durante 81 cotejos, con 60 victorias, 15 empates y apenas 6 derrotas. Además, la Canarinha registró 174 goles a favor y 30 en contra. Impresionantes cifras que solamente le permitieron ganar la Copa América del 2019 y… nada más. Dos mundiales consecutivos echados en cuartos de final por equipos europeos de segundo orden, como Bélgica (2018) y Croacia (2022). Competitivos, sí, pero que nunca han ganado una Copa del Mundo.
Hoy, la Croacia del DT Zlatko Dalic se ajustó al típico guion de sus cotejos en estas instancias, que generalmente se extienden a las prórrogas. Esta vez, el equipo ajedrezado pudo reponerse de un gol propinado por Neymar para empatar 1-1 y obligar a Brasil a jugarse el pase en la tanda de penaltis.
Quizás todo fue mental. Petkovic consiguió el empate a tres minutos del pitazo final de la prórroga. Eso fue demoledor. Pero fue más intimidante que Luka Modrić, el 10 croata, hubiera corrido todos los 120 minutos con 37 años a cuestas. Una recuperación suya de pelota propició el gol del empate.
También pesó que Brasil estuvo siempre incómodo, que se hubieran desperdiciado algunas opciones claras de gol y que Tite hubiera sacado muy pronto a Vinicius Jr. del campo de juego, sustituido a media hora del fin de los 90 minutos. Impensable. Y el último error fue que Neymar, el mejor pateador de Brasil, no comenzara con la tanda de penaltis sino que el DT le diera el quinto lugar. Así, Croacia se impuso por 4-2 (Neymar no llegó a patear) gracias a su temple en las penas máximas, y a que nunca traicionó su estilo.
Para siempre quedará el llanto de Neymar en la cancha mientras el hijo de Leo Perisic intentaba consolarlo.
Pese a la intensidad del juego, hubo cordialidad entre brasileños y croatas. Todo lo contrario pasó en el duelo entre Argentina y Países Bajos, pues el ambiente ya estaba cargado por las declaraciones en la víspera del DT neerlandés Louis Van Gaal. Hace años, este entrenador había declarado que no tenía buena química con los argentinos por la final de 1978. Y los roces que tuvo cuando dirigió a Juan Román Riquelme agrandaron más su fama sobre lo poco que apreciaba a los albicelestes. Los jugadores no ayudaron al juez, el español Mateu Lahoz, quien intentó controlar esta atmósfera de odio mutuo a base de tarjetas. Las mostró desde el inicio hasta la mista tanda de penaltis. Batió la marca histórica de tarjetas mostradas en un partido mundialista, con 16. Y lo peor es que debió sacar algunas rojas, que se las guardó.
Lahoz, que aspiraba a pitar la gran final, también se equivoco: en el primer gol del cotejo, obra de Messi, no vio la invasión de área de los argentinos. Desde ahí, todo marchó terriblemente mal.
El marcador reflejó la guerra sin cuartel, con un 2-2 al término de la prórroga.
Fue inédito el permanente boquilleo de los neerlandeses. Y el cotejo acabó con los argentinos festejando de forma eufórica y desmedida. El arquero Emiliano Martínez y Lionel Messi lanzaron insultos contra Van Gaal, que miraba estupefacto. El gran Édgar Davids, asistente del DT europeo, tuvo que contener al 10 argentino, que vengó simbólicamente a Riquelme al festejar su gol con las orejas de Topo Gigio.
Messi estaba tan caliente, que también insultó en vivo al jugador neerlandés Wout Weghorst mientras daba una entrevista.
Y la jornada acabó con miles de hinchas tomando la frase de Messi, «qué mirás, bobo», para hacer toneladas de memes, canciones y demás jueguitos. Incluso, aparecieron camisetas con esa leyenda.
Para Van Gaal, esta eliminación significó un golpe a su ego: nunca perdió un cotejo en un Mundial en tiempo reglamentario y alargues, pero nunca ganó nada. Las paradojas del fútbol. Y, otra vez, los argentinos le amargaron la noche.
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Se fue el 17.º día del Mundial, última jornada de octavos de final. El cierre de esta fase fue cargado de emociones, sobre todo porque puso punto final a la aventura qatarí del controversial DT Luis Enrique, que ha pasado más ocupado en su facete de influencer que de entrenador.
Por su culpa, por este fracaso que raya en el escándalo, quizás las federaciones lo piensen mejor antes de permitir que su entrenador nacional abra una red social para habla de lo que se le antoje en plena competición. Se armará todo un debate al respecto. Ya hay opiniones:
Luis Enrique, con redes o sin redes, no supo descifrar el candado que Walid Regragui, DT de Marruecos, le planteó a España para forzar el empate 0-0 en el tiempo reglamentario y en el alargue, e irse a los penaltis. La puntería de los árabes fue mejor, muchísimo mejor, y Marruecos se clasificó a cuartos de final por primera vez en su historia.
Es muy meritorio lo de Regragui, pues el equipo de Luis Enrique solo ha perdido dos cotejos en el 2022 y apenas recibió un gol en el Mundial. Pero el estratega franco-marroquí tomó nota de cómo Alemania (presión alta) y pero sobre todo Japón (todo el equipo echado atrás) desactivaron el ataque español. Marruecos hizo lo mismo, pero con más esmero y aplicación táctica.

Claro, La Roja tiene la pelota, la pase de aquí para allá, pero no encuentra espacio para atacar. No se pateó al arco del arquero Yassine Bounou (mejor conocido como Bono) en todo el primer tiempo. No hubo imaginación. No hubo riesgos. No hubo disparos de larga distancia. No hubo gambetas. No hubo pasión. ¿Cómo ganar así?
Fallar los tres primeros penaltis, que al final fueron los únicos que España pudo cobrar, fue el colmo, pero también simboliza adecuadamente la inoperancia ofensiva de los peninsulares, no solo en este duelo matizado por la masiva hinchada de los Leones del Atlas, sino en los dos últimos cotejos de la fase de grupos. Sí, España le clavó en el debut siete goles a Costa Rica, pero siempre quedó la impresión de que fue más por el pésimo planteamiento del DT Luis Fernando Suárez que por mérito de La Roja.
¿Dijimos masiva presencia de marroquíes en las gradas? En el estadio Education City hubo25 000 hinchas que silbaron cada paso de España, desde el calentamiento precompetitivo hasta los penaltis. Y la fiesta que armaron con el triunfo fue monumental. Marruecos, cuyo Rey Mohamed VI mantiene profundas diferencias con el Estado español, vivió el partido como un auténtico clásico. Ojo, que en España viven 900 000 marroquíes.
Fue simbólico que Bono, que tapó dos disparos en la tanda de penaltis, sea arquero del Sevilla. Pero lo fue mucho más que el autor del penalti decisivo fuera Achraf Hakimi, nacido en Madrid. Un hijo de esa conflictiva inmigración que pone en jaque a los gobiernos de España y Marruecos marcó el gol más celebrado de la historia del país del Magreb. ¡Y fue a lo Panenka!
La hazaña de Marruecos antecedió a la lección de fútbol que le propinó Portugal a Suiza. No era una sorpresa que los lusos ganara, pero sí que aplicaran un 6-1 a un equipo que siempre ha dado mucha más pelea, sobre todo a los favoritos.
Pero llamó más la atención que el ‘supercrack’ Cristiano Ronaldo fue suplente. Fue más desconcertante que Portugal jugara maravillosamente sin CR7, lo cual demuestra que por algo fue suplente en Manchester United en este inicio de temporada. Pero es más triste que Pepe, con 39 años, sí haya sido titular e incluso haya marcado.
En esta foto queda claro: CR7 se volvió el suplente más famoso del mundo. Aquí, la prensa lo sigue cuando se levanta para ingresar al partido.

Cristiano Ronaldo entró al minuto 71 y recibió el brazalete de capitán, cuando el cotejo ya estaba 5-1. Al menos en lo simbólico, quedó claro que seguía siendo el líder del equipo, al menos en la cancha.
Pero aún más doloroso, quizás, fue que el suplente de Cristiano Ronaldo, Gonçalo Ramos, esta vez comenzara de titular y marcara tres goles, es decir, el primer ‘hat trick’ del Mundial. Se verá si el DT Fernando Santos decide usar como titular en el cotejo con Marruecos CR7, quien está afectado: no festejó junto al equipo que se acercó a la hinchada a recibir los aplausos.

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Se fue el 16.º día del Mundial, que se llevó consigo a las selecciones de Asia que batieron a equipos favoritos al título en la fase de grupos. En unos octavos de final sin espacio para la mínima sorpresa, Brasil dio cuenta de Corea del Sur por 4-1. Fue, en realidad, un paseo para el equipo del DT Tite, cuyos jugadores parecían estar en pleno Carnaval bailando samba.
Los coreanos jamás fueron el equipo que se paró con firmeza ante Uruguay, el que fastidió hasta el último momento a Ghana ni el que venció a Portugal. Esta vez, el DT Paulo Bento no halló ni sistema ni treta para frenar a Neymar y su banda, que consiguió los cuatro goles en los primeros 45 minutos, y en todos bailaron para celebrarlo. ¡Hasta Tite bailó!
Todos los tantos fueron obras maestras del fútbol. Hasta el penalti, que suele ser insípido, tuvo su gracia. Brasil es eso, justamente, samba y alegría:
Brasil pudo marcar otros cuatro en el complemento, pero Tite optó por aplicar freno de mano, probar algunos movimientos y cambiar jugadores; incluso entró el tercer arquero, Weverton, con lo que ya han jugado todos los 26 convocados para el Mundial. En esta foto se puede apreciar la enorme felicidad de Weverton, pues es muy raro que el tercer guardameta tenga opciones de actuar:

Más significativo para los números es que Neymar se convirtió en el tercer brasileño en anotar al menos un gol en tres mundiales distintos, después de Pelé y Ronaldo. En todo caso, Pelé hizo al menos un gol en cuatro mundiales, así que todavía estará vigente su marca por cuatro años más, por lo menos. El plantel dedicó su gol y este triunfo a Pelé, gravemente enfermo.

Japón, que ganó a España y Alemania en fase de grupos, un hito de su historia, resistió más en su partido ante Croacia, el subcampeón mundial vigente. Incluso, se puso primero en ventaja, pero los eslavos que lidera el crack Luka Modric son muy duros y empataron.
Ambos equipos jamás dan un balón por perdido y prefieren salir de contragolpe, lo cual generó que las acciones fueran muy parejas y que todo debiera resolverse en la tanda de penaltis, la primera del Mundial, tras el 1-1 en tiempo reglamentario y alargue.
Aquí, donde se mide al jerarquía y la fortaleza mental, se derrumbó Japón. El arquero Dominik Livaković detuvo tres lanzamientos (solo dos porteros han parado ¡tres disparos! antes en una misma ronda de penaltis en los Mundiales), lo que habla muy bien de sus reflejos, pero también de lo mal preparados que estaban los nipones para esta instancia. Croacia avanzó con un 3-1 en penaltis.

Croacia y Brasil se verán en cuartos de final. Dos estilos muy diferentes. Se verá cuál saldrá victorioso, si la alegría de la samba o la estratégica defensa para herir mediante el contragolpe.
Lo que también genera curiosidad es si la modelo y empresaria croata Ivana Knoll saldrá ilesa luego de que persiste en usar ropa provocativa en los estadios para alentar a su país. Como un día lo fue la paraguaya Larissa Riquelme, Knoll es considerada la novia del Mundial de Qatar, donde no está recomendado mostrar mucha piel. Pero bueno, Knoll derrumba (solo un poco) el mito sobre la vestimenta en ese país árabe.

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Se fue el 15 día del Mundial y el francés Kylian Mbappé ratificó que es un prodigio del fútbol. Con sus dos goles de hoy, el delantero con fama de díscolo avanzó hacia lo que será una consagración pocas veces vista, al menos desde Diego Maradona. A sus 23 años, Mbappé tiene 9 goles en 11 partidos mundialistas, es decir, exhibe más goles que Pelé, Maradona, Messi y Cristiano Ronaldo a su edad en las Copas del Mundo.
A este ritmo, el francés de ancestros cameruneses superará al alemán Miroslave Klose, el máximo artillero, con 16 tantos. Y, por supuesto, Mbappé fue clave para que Francia superase hoy por 3-1 a una altanera Polonia y avanzara a los cuartos de final.
Pero sería injusto no reconocer la enorme tarea del resto del equipo. La movilidad de Ousmane Dembelé ayudó a encontrar los espacios para atacar a los galos. Olivier Giroud, como siempre, usó su visión periférica para realizar estupendos pases. Y Antoine Griezmann es una máquina creativa, un dinamo para el juego del equipo del DT Didier Deschamps. Gracias a ellos, Francia huele a bicampeonato.
A propósito de Giroud, también marcó un hito este día. Con su tanto de hoy, se convirtió en el máximo anotador de la selección francesa, con 52 dianas. El histórico Thierry Henry se quedó con 51. El mismo Giroud mostró su record con sus manos:

Polonia no fue un rival sencillo. De hecho, realizó su mejor presentación en este torneo, lejos de la desidia de los otros cotejos. Presionó desde el inicio, lo cual ya es toda una novedad . Por momentos Polonia dominó a Francia gracias al esfuerzo de Przemysław Frankowski y Piotr Zieliński, quienes crearon jugadas de peligro muy interesantes. Pero, cuando Giroud anotó al minuto 44, el cuadro polaco perdió fuelle y acabó dominado por el campeón, de la misma manera que una culebra aprieta a su presa.
Como anécdota quedará que, antes del pitazo final, se registró el primer penalti repetido por orden del VAR (tenía que ser). El polaco Robert Lewandowski falló en su ejecución pero el arquero Hugo Lloris no tenía los dos pies en la línea de meta antes del disparo. Lewandowski repitió y, ahora sí, logró marcar. Algo de alegría para despedirse de un Mundial en que Polonia padeció la mayor parte del tiempo.
Más extraño fue que el francés Jules Koundé jugara con una cadena de oro durante 41 minutos. La joyería está prohibida en los cotejos, pero a Koundé simplemente se le olvido quitarse la cadena antes de saltar a la cancha. Cuando el árbitro se percató y ordenó que se la sacara, el jugador requirió ayuda.

Francia chocará en cuartos de final con Inglaterra, que venció por 3-0 a Senegal con dos obras maestras del contragolpe realizadas en el primer tiempo. Cuando los ingleses del DT Gareth Southgate corren con la pelota y tocan de primera, son peligrosos.
Fue llamativo que Harry Kane, un 9 que en realidad actúa como el 10 de los ingleses, pudiera marcar un gol. Con eso, elevó a 52 su cuenta personal con la selección y está a un tanto de convertirse en el máximo artillero de Inglaterra, record en solitario de Wayne Rooney.
En cuartos de final, Francia (un equipo profundo a pesar de las ausencias, que maneja todas las facetas del juego) chocará con Inglaterra (un plantel joven, que ha mejorado su puntería de cara al gol), en lo que bien podría ser una final de Eurocopa.

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Se fue el 14.º día del Mundial con la sensación de que Lionel Messi está a todo vapor, aunque ese barco llamado Argentina aún no es la máquina de eficiencia que se espera.
En el duelo de octavos de final, Messi cumplió su milésimo partido como profesional. Como todo fanático de este gran jugador lo sabe, Messi ha estado en 778 partidos con el FC Barcelona, 53 con el París Saint-Germain y 169 con la selección de Argentina.
Y fue un festejo reconfortante en lo personal, pues ‘La Pulga’ anotó el gol de apertura ante Australia y fue el jugador dominante del encuentro. Fue el crack que todos esperan ver, además de que consiguió anotar por primera vez en un cotejo que no sea de fase de grupos. De paso, alcanzó los nueve goles, superó a Maradona y ya es el segundo máximo goleador de Argentina en los mundiales, apenas por detrás de Batistuta, que tiene 10.
No obstante, un solo jugador no es el equipo y el equipo del DT Lionel Scolani tuvo muchos problemas para doblegar a los ‘Socceroos’ por 2-1. Por momentos, se cometieron los errores de aquella fatídica derrota con los sauditas y quedó la impresión de que, si no hubiera sido por el pestañeo del arquero Mathew Ryan, el destino eran los alargues.
Pero se ganó, que es lo importante, y Argentina sigue adelante.

Países Bajos ganó con mucha más comodidad a ese monumento al entusiasmo que es Estado Unidos, por 3-1. Es verdad que los neerlandeses están a años de la Naranja Mecánica de los 70, pero han encontrado la manera de ser efectivos.
El mérito es de ese encantador testarudo del entrenador, el sabio Louis Van Gaal, que prefiere ser sumamente fuerte en defensa (incluso apelando a la grosería) y dejando las tareas ofensivas al talento de Memphis Depay y Cody Gakpo. ¿Y la posesión? Pues Van Gaal prefiere esperar y matar al contragolpe. No es lindo, pero su equipo se ha colado en cuartos de final sin mayores apremios, salvo el susto que le hizo pasar Ecuador en fase de grupos.
Lo curioso es que Van Gaal nunca ha perdido un partido en un Mundial. Se verá si la Argentina de Messi logra hacerle probar la derrota en cuartos de final.

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Se fue el décimo tercer día del Mundial, que se caracterizó por dos derrotas sudamericanas. Brasil, ya clasificado y con suplentes, fue superado por Camerún por 1-0, lo cual arruinó los números perfectos que espera exhibir el DT Tite en la fase de grupos.
A Uruguay le fue mucho peor, pues venció a Ghana por 2-0 pero no pudo clasificarse a octavos de final. Más que lágrimas, algunos jugadores celestes mostraron rasgos de violencia al no poder manejar la frustración. Inaceptable.
En el grupo G, Brasil estuvo cerca de perder el liderato, pero acabó como ganador de la llave. Sin embargo, el Scratch pasó un mal rato ante Camerún, que venció con gol de Vincent Aboubakar en los adicionales. Aboubakar festejó el tanto quitándose la camiseta, lo cual le costó su segunda amarilla y la roja automática. Pero el juez Ismail Elfath, de EE.UU., le expulsó con dulzura, casi pidiéndole perdón por cumplir con el reglamento.

Camerún no pudo clasificarse pero al menos se dio el gustazo de ser el primer seleccionado africano que derrota a Brasil en un Mundial. Inédito. El equipo de los Leones Indomables ya habían vencido a los sudamericanos en el 2003, por la Copa de las Confederaciones, así que esto le pone algo de dulce a un torneo en que el DT Rigobert Song no pudo salir tan airoso como esperaba.
Además, Brasil no perdía en una fase de grupos desde 1998, cuando Noruega ganó por 2-1. Tremendo bochorno para Tite.
El único brasileño que la pasó bien fue Dani Alves. El partido le sirvió para extender sus números (y su ego). Igualó un récord impuesto por Roberto Carlos, pues ambos zagueros acumularon 125 participaciones en encuentros internacionales con la Verdeamarela. También es el jugador brasileño más longevo de los Mundiales: 39 años con 210 días.
El segundo lugar del grupo G fue para Suiza, que se impuso en un intenso partido a Serbia por 3-2. Si el equipo del DT Murat Yakin anotaba un gol más, incluso hubiera acabado como vencedor de la llave.
Así quedó la tabla del grupo G:

En el cierre del grupo H, no hubo venganza para Ghana. Los caídos en el Mundial del 2010 por la mano desleal de Luis Suárez no fueron reivindicados. Incluso, luego de 12 años, ¡otra vez un ghanés desperdició un penalti! André Ayew, al minuto 20 y cuando el juego estaba 0-0, lo falló. Increíble.
Al final, perdieron 2-0, superados colectivamente. Pero al menos vieron de primera mano a los uruguayos quedar eliminados y ser presas de la frustración.
Uruguay, al mando del DT Diego Alonso, se impuso a los africanos, pero el imprevisto (bueno, a estas alturas ya nada debe sorprender tanto) triunfo de Corea del Sur sobre Portugal por 2-1 dejó a los charrúas sin el boleto a octavos de final.
El cotejo se recordará por las decisiones del juez central, el alemán Daniel Siebert, quien fue el primero de este Mundial en mantener su decisión inicial cuando los árbitros del VAR le pedían revisar una jugada y cambiar su postura. Ojo: el juez central siempre tiene la última palabra. Siebert no concedió dos faltas para penalti, lo cual desató las iras de los celestes.
Al final del cotejo, Edinson Cavani derribó una pantalla del VAR:
Mucho más grave fue lo de Giménez, que agredió a un representante de la FIFA:
El árbitro se retiró acorralado por los uruguayos: Estas acciones merecerán los castigos de rigor. En todo caso, Uruguay mostró poco fútbol en los dos cotejos anteriores y todos los focos apuntan al DT Alonso, que optó por estrategias más defensivas de lo que pedían los mismos jugadores, incluso en público.
Y hoy también se equivocó, al sacar a Suárez y Giorgian de Arrascaeta antes de tener asegurada la clasificación. Depender de que le piten penaltis fue el triste final para esta aventura celeste en Qatar, carente de la garra charrúa.
Portugal fue otro equipo clasificado que optó por suplentes y perdió. Tal como pasó con Francia, España y Brasil. Ningún equipo hizo pleno de puntos en la fase de grupos y ningún equipo demostró que tiene un plantel B lo suficientemente sólido.
Corea del Sur venció por 2-1 al cuadro del crack Cristiano Ronaldo, cada vez menos crack para ser rigurosos, y ganó el segundo cupo del grupo. Fue dramático porque el gol del triunfo cayó en los adicionales, para desagrado del DT luso Fernando Santos.
Lo curioso es que su colega en el bando surcoreano es su coterráneo Paulo Bento, quien no dirigió desde el banquillo por sanción.
Así acabó el grupo H:

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Se fue el duodécimo día del Mundial, quizás uno de los más sorpresivos de la historia del torneo. Tanto en el grupo E como en el grupo F se produjeron marcadores que dejaron ganadores imprevistos de cada llave y también se eliminaron dos aspirantes a la corona.
Para colmo, el VAR puso a todos a discutir sobre el nuevo fútbol que estamos viendo, lejano no solo al de los fundadores del siglo XIX, sino también al que vimos hasta hace pocos años. La tecnología, o más bien la obsesión por usarla, está cambiando los paradigmas de la justicia dentro de la cancha.
Pero vamos por partes. Japón ganó el grupo E luego de doblegar por 2-1 a España, que por disposición de su técnico-yutúber Luis Enrique saltó a la cancha con una formación suplente.
El DT Hajime Moriyasu logró que Japón avanzara a octavos de final por cuarta vez en su historia, pero es la segunda que lo hace como ganador del grupo. Los nipones se impusieron a España y Alemania, aunque cayeron con Costa Rica en un partido que dominaron ampliamente.
Lástima que este logro del fútbol japonés, el cual además ocurre por primera ocasión en dos mundiales consecutivos, haya sido opacado por la gran discusión sobre el gol de AoTanaka: anotó luego de recibir un balón rescatado por su compañero Kaoru Mitoma antes de que se fuera totalmente del campo de juego. En un principio, el juez central Víctor Gomes (sudafricano) no dio por válido el gol, conseguido en el minuto 51, pero le llamaron del VAR y cambió de parecer, tras dos minutos de deliberaciones. ¡2-1 para Japón!

Se ve claramente que la base del balón está fuera de la cancha, pero visto desde arriba se demuestra que el 3% del balón está en la zona de la línea. Y lo que cuenta, según el reglamento, es la perspectiva desde arriba. Es una locura.
Para estas jugadas debe seguirse el mismo criterio para el gol: solo es válido si el balón ha sobrepasado totalmente la línea de meta. El problema es que, para el gol, es sencillo pues hay sensores en el arco. Pero nadie ha colocado sensores en todo el rectángulo. Y menos en las áreas, por el tema de los penaltis; pero no hace falta, pues las cámaras lo ven todo.
Eso cambia todo lo que habíamos pensado sobre el juego, pues gran parte de las decisiones en estas jugadas se sustentaban en dónde daba bote el balón. ¿Podrá la LigaPro ecuatoriana, por ejemplo, contar con las cámaras suficientes para jugadas como la de Mitoma y Tanaka? Porque las cámaras son vitales, pero hay que tener dinero para instalarlas y usarlas.
El triunfo de Japón provocó que España acabara en segundo lugar y que Alemania fuera eliminada, pese a que venció por 4-2 a Costa Rica, en un cotejo en que los centroamericanos llegaron a ponerse 2-1 al frente. Fueron 90 minutos de emociones que, al final, desembocaron en amargura. En especial para los germanos, que perturbaron al anfitrión y a la FIFA con sus presiones por el tema de los brazaletes arcoíris y los derechos humanos.
Es evidente que estamos ante un declive del fútbol alemán, que ya no es la máquina de goles de antaño. La Mannschaft quedó eliminada en fase de grupos en Qatar 2022, como ocurrió en Rusia 2018. El DT Hansi Flick tiene contrato hasta la Eurocopa del 2024, pero deberá afrontar varias reuniones con sus jefes para entender qué pasó en Qatar.
Así acabó el grupo E:

El que sí dijo adiós fue el emblemático Thomas Müller, que se retiró de la selección alemana luego de 120 partidos, un título de la Copa del Mundo y uno de la Eurocopa.
Mientras, Manuel Neuer se convirtió en el arquero que más veces actuó en su puesto en los mundiales, con 19 presentaciones. Superó al brasileño por sobre Taffarel y su compatriota Sepp Maier, que se quedaron con 18. Lástima que su actuación ante Japón no fue destacada.
En el cierre del grupo F también hubo frustraciones a gran escala. Bélgica, favorito por muchos para el título, fue eliminada luego de empatar sin goles con Croacia. Con esto, se pone punto final a la llamada ‘generación dorada’ de los belgas, aunque llegaron a Qatar repletos de problemas internos y egos avinagrados que no pudieron ser controlados por el DT Roberto Martínez.
El estratega renunció luego del partido, el último luego de siete años al frente de un equipo belga que llegó a ocupar el número uno del ranking de la FIFA. Llegó a Qatar como el número 2 y cabeza de grupo, con estrellas del calibre de Kevin De Bruyne, Eden Hazard, Jan Vertongheny Romelu Lukaku. Al final, Bélgica solamente anotó un gol y quedó superada en puntos por Croacia y la sorprendente Marruecos.
Los árabes derrotaron por 2-1 a los entusiastas canadienses, ganaron el grupo invictos y accedieron a los octavos de final por segunda vez (la primera fue en 1986). El DT franco-marroquí Walid Regragui está en el cargo desde agosto luego de que su predecesor, el bosnio Vahid Halilhodzic, fue despedido porque se negaba a convocar al crack Hakim Ziyech.
Regragui, en efecto, llevó a Ziyech a Qatar y resultó ser el aporte que se esperaba, aunque también se han destacado el pivote Sofyan Amrabat y los laterales Achraf Hakimi y Noussair Mazraoui, que le dan a Marruecos mucha verticalidad y peligrosidad.

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Se fue el undécimo día del Mundial y tuvimos que decir adiós a México, que por primera vez en 44 años no supera la primera fase. Bueno, tampoco era habitual que llegara a cuartos de final (la última vez fue en 1986), pero la meta mínima de los aztecas es pasar de ronda. El DT Gerardo ‘Tata’ Martino es responsable de esta debacle que ha puesto a la nación norteamericana a debatir sobre la salud de su fútbol.
México ganó 2-1 a Arabia Saudita y estuvo a un gol de la clasificación. Mucho se habló y se hablará de los errores del ‘Tata’, sobre todo en la confección de la nómina. Por ejemplo, dejó fuera a Javier ‘Chicharito’ Hernández, goleador histórico del equipo, y también a Santiago Giménez, del Feyenoord; Diego Lainez, del Braga de Portugal, y a Marcelo Flores, del Arsenal. Son muy buenos jugadores, lo cual despierta suspicacias.
Pero también hay que ver las carencias domésticas de México, cuya liga carece de descenso, no se permite la llegada de otros inversionistas y las canchas se han llenado de nacionalizados. Hay un lento declive que los dirigentes deben percibir y detener.
De todos modos, la furia de los hinchas se expresa en contra de Martino, quien inspira memes y también piñatas como esta:

Mientras tanto, Argentina realizaba una exhibición de alto nivel para someter a Polonia por 2-0 y ganar el grupo B. Parece que quedó lejísimos, que ocurrió hace años la derrota con Arabia Saudita. El DT Lionel Scaloni no se aferra a tener la razón y corrigió los errores del debut, en especial el de subestimar el estado físico de sus propios jugadores. Esta vez le dio más funcionalidad a la albiceleste, que dominó el trámite del partido y se impuso con dos goles de gran factura, firmados por Alexis Mac Allister y Julián Álvarez.
El gran escollo fue el arquero Wojciech Szczesny, que le paró un penalti a Lionel Messi y ahogó otras opciones de gol. Gracias al guardameta, y a que México no logró ampliar su ventaja sobre los sauditas, Polonia pudo meterse en octavos de final, sin ser brillante ni mucho menos.
Lo más llamativo de la presentación de los polacos fue el impasse de Robert Lewandowski con Messi, en los minutos finales del partido. El astro polaco le cometió falta al argentino cerca del final y quiso disculparse, pero Messi lo ignoró. Tras el pitazo final, Lewandowski buscó a Messi y hablaron un momento.

Así acabó el grupo C:

Si el fracaso de México fue sorpresivo en el grupo C, el naufragio de Dinamarca en el grupo D fue de novela. Los nórdicos fueron una de las delegaciones que más bramó en contra del status quo social y político de Qatar, incluso a través de simbólicos uniformes. Pero su fútbol ha sido bastante pobre, con apenas un gol y un punto.
El DT Kasper Hjulmand llegó con mucho crédito al Mundial, luego de que Dinamarca alcanzó las semifinales de la Eurocopa del 2020 y ganar con autoridad su grupo de las eliminatorias. También se hizo famoso con políticas como las de repartir los regalos que llegan a la Selección entre todos los 52 empleados que conforman el equipo de trabajo (desde entrenadores hasta cocineros). Así que este hundimiento es de escándalo, para diversión de los emires de Qatar, hartos de las quejas de los daneses.
El equipo danés fracasó en su imperativa meta de doblegar a Australia, que se impuso por 1-0 y acabó con los mismos puntos que Francia. La razón: el DT de los galos, Didier Deschamps, envió suplentes para el cotejo con Túnez y perdió, también por 1-0.
Las Águilas de Cartago del DT Jalel Kadri (el único entrenador árabe en el Mundial de Qatar) se convirtieron en la sexta selección africana que derrota al campeón mundial vigente, y la tercera que lo logra en pleno Mundial.
Lo curioso es que la mitad del equipo titular de Túnez nació en Francia, lo cual refuerza el histórico estilo que el seleccionado africano suele exhibir, muy parecido al de su antigua metrópoli.

Y así acabó el equipo D, con el sorprendente pase de Australia a octavos, lo cual ocurre por segunda vez en la historia. El primero fue en el Mundial de 2006.

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Se fue el décimo día del Mundial y también las ilusiones de la afición ecuatoriana, la cual esperaba el pase de la Tricolor a los octavos de final. Quizás eran ilusiones basadas más en lo emotivo que en lo objetivo, porque Ecuador nunca fue el favorito del grupo A.
De hecho, se cumplió más o menos lo previsto: definir el pase con Senegal, el campeón de África cuyos titulares militan en las ligas top de Europa. Quizás el camino fue lo que infló las expectativas, ese triunfo aplastante sobre Qatar, los números anecdóticos de Enner Valencia y ese absoluto sometimiento a Países Bajos. Y solo bastaba el empate para clasificarse. ¡Cómo no ilusionarse!
Senegal, en todo caso, sí cumplió las expectativas. El equipo del DT Aliou Cissé, uno de los héroes del Mundial del 2002 como jugador, fue tan duro y rigurosa como se esperaba. Fue evidente la diferencia física y sobre todo de experiencia. Incluso entre entrenadores, quedó claro que Cissé sacó provecho a los 7 años que lleva al frente de los Leones de Teranga.
Ya habrá tiempo para un análisis al detalle del proceso de Gustavo Alfaro, que cierra con algo de dolor su meritorio ciclo con Ecuador. Fue un error especular con el empate. Y luego se equivocó en los cambios del tramo final, que pintaban a traición a sí mismo. Por ejemplo, no mandó al campo de juego al grandote de Kevin Rodríguez, pese a sui defensa de por qué lo necesitaba, aunque nunca hubiera jugado en la Serie A.
Alfaro no se mostró muy autocrítico en la rueda de prensa. La dio como exseleccionador, pues su contrato con la Tri acabó con el Mundial. Pero parecía que también la daba como exentrenador, porque Alfaro puso en duda no solo si seguirá en Ecuador, sino también si seguirá en el oficio mismo. Visto de otra manera, el argentino se declaró muerto para ver quién le llora.
El dolor de los jugadores por la eliminación fue conmovedor. Y cómo no va a dolor si Ecuador ya tenía un pie en octavos de final y, de repente, Senegal le tiró de la camiseta, entró primero y cerró la puerta. Desgarrador. Y lo peor es que Ecuador se convierte en el primer equipo desde 1930 que, tras ganar el partido inaugural, no se clasifica a la siguiente fase.
Países Bajos, que jugó los tres cotejos de su llave con una pereza incomprensible, ganó el grupo A tras un triunfo 2-0 sobre Qatar, que se convirtió en el peor seleccionado anfitrión de la historia: sin puntos y con apenas un gol anotado. De esta manera, no hubo sorpresas en la tabla final.

El grupo B tampoco tuvo un final fuera de pronóstico. Inglaterra, que jamás ha sido derrotada por Gales en un cotejo oficial, mantuvo su paternidad, se impuso por 3-0 y ganó la llave. Fue el primer enfrentamiento de estos seleccionados británicos, que por concesiones de trasfondo histórico tienen el privilegio de jugar aparte, sin el cobijo de la Unión Jack.
Gales fue una lágrima en todo el torneo. Apenas mostró algo de eficacia en el segundo tiempo ante Estados Unidos. Fue más triste el papel de su crack y capitán, Gareth Bale, sustituido al descanso debido a una lesión.
Hubo más emotividad en el triunfo de Estados Unidos por 1-0 sobre Irán. Claro, está la rivalidad política de sus Estados. Los periodistas iraníes pusieron picante a la previa con preguntas incómodas hacia los americanos:
Pero también estaba en el ambiente de alta tensión en el equipo persa, que esta vez sí cantó el himno nacional que exalta a la Revolución Islámica de los ayatolas. Tampoco le pusieron mucho entusiasmo que digamos.
Sí hubo esfuerzo por parte de los iraníes en la cancha, aunque Estados Unidos fue el dominador del cotejo. El equipo del DT Gregg Berhalter se lució colectivamente, pero se destacaron Christian Pulisic con su liderazgo (al menos hasta que se lesionó y salió al hospital, pero luego se aclaró que sí estará disponible para el juego de octavos de final) y Timothy Weah con su repertorio de desmarques y remates.
Estados Unidos acude a Qatar con un equipo joven, el cual se proyecta al Mundial del 2026 en su territorio. Por lo pronto, parece que el proyecto marcha con buen pie. Pero luce mucho mejor el roce que los jugadores estadounidenses han adquirido para comprender que el fútbol va más allá de la política. El deporte es político, sí, pero sobre todo es humanista.
Y así quedó el grupo B: 


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